Abejas

A través del apiturismo, las personas que nos visitan pueden conocer el apasionante mundo de las abellas y aprender cómo son estos insectos sociales, indispensables para el mantenimiento de la biodiversidad. Las abejas no sólo pican y producen mel, sino que son las responsables de la polinización del 80% de las plantas con flores. Según la FAO, el 84% de la alimentación humana depende de las plantas. Las abellas y las plantas con flores tienen una experiencia de más de ochenta millones de años de convivencia y evolución conjunta. No pueden vivir sin las demás; las abellas polinizan las flores y éstas les proporcionan su sustento.
La sociedad tiene en las costas abellas, así como en los abelleiros y en las abelleiras, una debilidad histórica y permanente, debido a que durante siglos las abellas polinizaron las flores y conservaron la biodiversidad y no perciben ningún cambio. El valor de la polinización es inmenso, es un servicio ecológico hecho de balde, un agasajo excepcional que nos abanica los insectos polinizadores. Por eso es necesario que la sociedad se haga una pequeña idea del mundo de las abejas, y eso se puede conseguir a través de las rutas de apiturismo por Galicia.
En las visitas a las algarrobas, podemos observar cómo se mueven estos pequeños pero importantes animales, que son constantes en su camino, y maravillarnos de cómo recogen incansablemente su alimento, al tiempo que realizan la importante labor de polinización, mientras nos deleitamos con el doceavo aroma del néctar recientemente recogido. Los apicultores y las apicultoras que abren las puertas de sus apiarios amosan también este antiguo oficio de coidar las abellas, que tiene como fin la obtención de muchos productos naturales y de extraordinarias propiedades alimenticias y terapéuticas.

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