La Sierra de Os Ancares es, junto con la de O Courel, el mayor espacio natural de Galicia, siendo también Reserva de la Biosfera. Está formada por pequeños valles con sus pueblos y aldeas encajadas entre picos montañosos de 2.000 m de altitud. En las poblaciones más altas, como en la aldea de Piornedo, resaltan las pallozas, antiguas cabañas circulares con el techo de paja, donde convivían personas y animales domésticos. Siendo este espacio uno de los territorios ocupados tradicionalmente por el oso pardo en Galicia, fue indispensable para los apicultores buscar la protección de las colmenas, y por ello construyeron los cortines, como se denominan los colmenares tradicionales en esta zona.

Para conocer la apicultura tradicional de Os Ancares es ideal la Ruta dos Cortíns. Durante el recorrido podemos acercarnos a varias de estas fortalezas de las abejas, a la vez que divisamos otras en el otro declive del valle, resultando en total cerca de veinte alvarizas (colmenares). Algunas están en perfectas condiciones, con abejas en las colmenas e incluso trobos, nombre que se le da en esta zona a las colmenas antiguas hechas con cuatro tablas o a partir de un tronco hueco.

El recorrido, de 18 km en su totalidad, puede iniciarse en la desembocadura del río Rao al Navia, a unos 300 m sobre el nivel del mar, y termina en un cortín situado después de Penas Murias, cerca de Murias de Rao, situado a 1.100 m de altitud. Saliendo de la desembocadura del Rao iniciamos un ascenso continuado, durante algo más de 2 km, hasta Embernallúas, una aldea abandonada pero en estado de bastante buena conservación. Desde este punto se asciende hasta Prebello, situado a unos 3,3 km. A partir de Prebello hay una carretera por la que pueden circular los coches. Después de Prebello la ruta va casi a nivel pasando por los lugares de Asar y Meda hasta llegar a Rao. Este tramo, de 8,3 km, es de dificultad baja para hacer a pie. La última parte de la ruta va desde Rao hasta el cortín de Penas Murias, alrededor de 7 km, y aunque una primera parte va casi a nivel, esta termina en una subida con mucho desnivel. Se pasa por los lugares de Robledo y Murias. En este tramo puede visitarse la aldea de Coro, un conjunto etnográfico restaurado.